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ALTERNARIA, ALTERNARIOSIS o TIZÓN TARDÍO

ALTERNARIA, ALTERNARIOSIS O TIZÓN TARDÍo
(Alternaria alternata (Fries) Keissler)

Información sobre la Alternaria, Alternariosis o Tizón Tardío en el Pistacho y medidas de protección ante estas enfermedades.

Descripción:

Se trata de una enfermedad producida por diversos hongos ascomicetos del género Alternaria sp. que se propagan a través del aire. En términos generales su esporulación es óptima a 27 °C, especialmente cuando esa temperatura va asociada a condiciones de elevada humedad relativa ambiental. Cuando la temperatura desciende por debajo 15 °C o sube por encima de 35 °C la esporulación es nula o mínima. Si las condiciones para el desarrollo de la enfermedad no son las adecuadas, las conidias del hongo pueden pasar en el terreno varios años hasta que la temperatura y la humedad alcancen valores óptimos y comience su germinación.

ALTERNARIA, ALTERNARIOSIS, TIZÓN TARDÍO (Alternaria alternata (Fries) Keissler)

Síntomas y daños:

El tiempo transcurrido entre la infección y los primeros síntomas puede llegar a ser sólo de 6 semanas. Los primeros síntomas se observan en las hojas con la aparición de manchas angulares o redondeadas de unos 3-7 mm de diámetro, de color marrón oscuro o negro, con esporulación en su centro. Esas manchas van aumentando de tamaño a medida que avanza la enfermedad y pueden terminar uniéndose. Al final de la estación de crecimiento muchas de estas manchas se tornan de color negro. Estas lesiones pueden estar presentes también en peciolos, raquis de la hoja y nervios centrales de los foliolos. En hojas, para diferenciar los síntomas de Alternaria spp. con los de Botryosphaeria spp. basta con frotar las lesiones con los dedos; si los dedos se oscurecen se trata de Alternaria spp., mientras que si no se oscurecen se trata de Botryosphaeria spp. (no produce esporas en la superficie de dichas lesiones).

En los frutos inmaduros aparecen manchas pequeñas (1 mm de diámetro) de color negro. En la piel de los frutos maduros estas manchas son también de color negro, de 1-5 mm de diámetro, pudiendo estar rodeadas de un halo rojizo o purpúreo. Si la infección es grave, la epidermis de los frutos se ennegrece y algunos aparecen agrietados. En general si el ataque es grave, ocasiona la defoliación y manchas en los frutos, produciendo pérdidas importantes de cosecha y un deterioro de su estética. Si el ataque es severo, se produce una defoliación temprana del árbol, debilitándolo, además de la consecuente pérdida de calidad del fruto. El desarrollo de la enfermedad se ve favorecido por condiciones de elevada humedad. Al final de la temporada, la senescencia de las hojas las hace más sensibles a la enfermedad, y las infectadas de color negruzco suponen una importante fuente de inóculo primario para la campaña siguiente.

Periodo crítico para el cultivo:

La mayor infección en las plantaciones se produce desde mediados de verano hasta el otoño. Si las plantas se encuentran bajo condiciones de estrés, o se producen heridas en tronco y/o ramas como consecuencia del paso de aperos, del viento o de organismos fitófagos, el desarrollo de la enfermedad se ve favorecido. Entre los factores que incrementan el estrés de la planta están la falta de riego, las temperaturas extremas, la falta de horas frío, la competencia con hierbas espontáneas, etc. Por otra parte, el desarrollo incompleto del grano debido a una falta de calor también puede aumentar la sensibilidad del fruto a la enfermedad.

Seguimiento y estimación del riesgo para el cultivo:

A mediados de julio se ha de realizar un primer muestreo de hojas para detectar la posible presencia de alternaria. Los primeros síntomas pueden aparecer desde finales de julio a principios de agosto, dependiendo de las condiciones de humedad relativa en la parcela. A mediados de septiembre la enfermedad puede llegar a alcanzar niveles de epidemia. La presencia de cubiertas vegetales en las calles del cultivo incrementa el riesgo de aparición de la enfermedad frente al laboreo o a la escarda química. Los frutos que han sufrido golpes de calor y presentan daños por quemaduras solares son más susceptibles a la alternariosis que aquellos que no lo han sufrido. Los hongos del género Alternaria sp. representan un problema en plantaciones con riego por aspersión, microaspersión o por inundación.

El riesgo de aparición de la enfermedad se puede incrementar si el suelo presenta mal drenaje (suelos arcillosos), así como en las partes bajas de la parcela (parcelas en pendiente o con vaguadas), donde puede tener lugar la acumulación de agua o la mayor formación de rocío. Este complejo de hongos da lugar a infecciones latentes en hojas y frutos, siendo más severas en hojas de ramas con frutos que en aquellas que no tienen carga de cosecha. Las lesiones en hojas y frutos son frecuentes en los cultivares ‘Kerman’ y ‘Red Aleppo’ (hembras), así como en las hojas del cultivar ‘Peters’ (macho). Los cultivares de reciente aparición ‘Golden Hills’ y ‘Lost Hills’ (hembras), así como ‘Randy’ (macho) parecen haber mostrado hasta el momento la misma susceptibilidad que ‘Kerman’ y ‘Peters’.

Medidas de prevención y/o culturales:

La alternariosis es una enfermedad de difícil manejo y su control requiere de la aplicación combinada de varias estrategias.

  • La irrigación del cultivo se ha de manejar con equilibrio, teniendo en cuenta que un exceso acentúa la incidencia de la enfermedad, mientras que un déficit puede influir negativamente en la apertura de frutos. Sustituir el riego por gravedad o aspersión por otros sistemas de bajo volumen como el goteo o riego subterráneos, disminuye la aparición de esta enfermedad.
  • La poda invernal puede favorecer la aireación de la copa, reduciendo el riesgo de infección por parte del hongo.
  • En caso de presencia de cubierta vegetal en las calles del cultivo, se ha de evitar que las hierbas crezcan en exceso o con mucha densidad procurando que la humedad relativa aumente en el entorno más próximo a los árboles.
  • Se ha de cosechar lo más temprano posible en aquellas parcelas con especial riesgo de aparición de alternariosis. Si la enfermedad está presente, los frutos son una fuente de infección importante, cuanto más permanezcan en el árbol mayor cantidad de conidias dispersarán.
  • En caso de infección podar las ramas afectadas, recoger y eliminar los racimos secos y sellar las heridas de la poda. Los desechos deben quemarse lo antes posible.

Umbral/Momento de intervención:

Debido al problemático manejo de la enfermedad, las medidas han de ser fundamentalmente de carácter preventivo, por lo que su aplicación se ha de realizar a lo largo de todo el año.

Medidas alternativas al control químico:

Además de los medios señalados en este apartado, para minimizar el uso de medios químicos, hay que considerar las medidas de prevención y/o culturales, pudiendo ser alternativas al control químico. Medios biotecnológicos En cultivos in vitro de Alternaria alternata se ha reportado un efecto antagonista por parte de la cepa NRRL B- 30408 de la bacteria Bacillus subtilis.

Medios químicos:

Se han detectado resistencias de Alternaria spp. a ciertos grupos de fungicidas, por lo que conviene alternar materias activas para evitar la aparición de las mismas. Los tratamientos se aplican, en su caso, desde la plena floración hasta el verano. Si se realiza una sola aplicación, el mejor momento es finales de junio hasta principios de julio, antes del período crítico para el desarrollo de la enfermedad. Se podrán utilizar, en el caso de que existan, los productos fitosanitarios autorizados para este uso en el Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, a consultar en esta web.

Bibliografía:

CHAURASIA, B.; PANDEY, A.; PALNI, L.M.; KUMAR, B.; COLVIN, N. (2005). Diffusible and volatile compounds produced by an antagonistic Bacillus subtilis strain cause structural defromations in pathogenic fungi in vitro. Microbiological Research 160, 75-81. COUCEIRO, J. F.; GUERRERO, J.; GIJÓN, M. C.; MORIANA, A.; PÉREZ, D.; RODRÍGUEZ, M. (2013). El cultivo del pistacho. Mundi-Prensa. MELGAREJO, P.; GARCÍA-JIMÉNEZ, J.; JORDÁ, M.C.; LÓPEZ, M.M.; ANDRÉS, M.F.; DURÁN-VILA, N. (2010). Patógenos de Plantas Descritos en España. Ediciones del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.

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