ANTRACNOSIS
ANTRACNOSIS (Colletotrichum acutatum Simmonds)
Información sobre la Antracnosis en el Almendro y medidas de protección ante estas enfermedades.
Descripción:
Es una enfermedad poco frecuente en las zonas tradicionales del cultivo del almendro en España, pero puede alcanzar una gran relevancia bajo condiciones climáticas favorables, que sí se dan en algunas de las nuevas zonas de expansión de este cultivo. Los agentes causales son dos especies fúngicas del género Colletotrichum, C. acutatum y C. gloeosporioides, destacando sobre todo la especie compleja C. acutatum. Este hongo pasa el periodo desfavorable en frutos momificados y en forma de micelio en madera y en brotes. Las primeras infecciones se producen en el cuajado de los frutos, hacia mediados de abril, coincidiendo con lluvia y temperaturas favorables.
Síntomas y daños:
La Antracnosis del almendro afecta a flores, frutos, hojas y brotes. El síntoma más característico aparece en frutos y consiste en una lesión circular, ligeramente deprimida, generalmente de coloración anaranjada, como consecuencia de la esporulación del patógeno en acérvulos formados en el centro de la misma, y acompañada de exudación de goma. Los frutos son más susceptibles cuando jóvenes pero pueden ser afectados durante todo su desarrollo si se dan las condiciones adecuadas de humedad y temperatura. Finalmente, los frutos atacados se momifican quedando adheridos a las ramas. Al avanzar la enfermedad, los brotes y ramas con frutos afectados muestran amarillez y desecación de las hojas, pudiendo quedar los árboles gravemente afectados. La desecación foliar y muerte de ramas parece deberse a la producción de toxinas por parte del hongo.
Periodo crítico para el cultivo:
El desarrollo de la enfermedad se ve favorecido en primaveras lluviosas con temperaturas suaves (15-25ºC). La infección de los frutos puede ocurrir durante todo el periodo de su desarrollo, aunque la desecación de las ramas es más frecuente cuando los frutos alcanzan un mayor desarrollo. La mayoría de las variedades son susceptibles a la enfermedad, aunque parecen existir diferencias de susceptibilidad entre ellas.
Seguimiento y estimación del riesgo para el cultivo:
Durante todo el ciclo vegetativo, especialmente en los periodos críticos, hacer un seguimiento visual de la presencia de síntomas en hojas, frutos y brotes. El riesgo potencial de presencia y severidad de daños dependerá de que se den condiciones favorables a la enfermedad: elevada concentración de inóculo (presencia de enfermedad en años anteriores o en zonas próximas); condiciones climatológicas apropiadas (humedad alta y temperatura suave); variedades muy susceptibles; y escasa aireación de la plantación.
Medidas de prevención y/o culturales:
La adopción de medidas preventivas y/o culturales será acorde con la estimación del riesgo. Escoger variedades poco sensibles a la enfermedad. Hacer un diseño de plantación, sistema de riego y ejecución de poda que favorezcan la aireación de la plantación y disminuyan la humedad ambiental. En el caso de fuertes infecciones, destruir los órganos afectados para disminuir la fuente de inóculo.
Umbral/Momento de intervención:
No hay establecido un umbral. Las actuaciones son preventivas y se llevarán a cabo según la estimación de riesgo y la presencia de los primeros síntomas.
PROTECTORES RECOMENDADOS PARA ALMENDRO
Variedades: Antoñeta, Penta, Constantí, Soleta, Guara, Vairo, Marinada, Lauranne Avijor, Belona.
Protectores Cuidatree recomendados para almendro:
- 40×14
- 50×14 liso y perforado.
- 55×20 liso y perforado.
- 60×14 perforado.
- 75×14.
Medidas alternativas al control químico:
Para minimizar el uso de los medios químicos, hay que considerar las medidas de prevención y/o culturales, pudiendo ser alternativas al control químico.
Medios químicos:
Se podrán utilizar los productos fitosanitarios autorizados en el Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Actualmente no hay medios químicos curativos de eficacia contrastada. Los productos autorizados son de contacto o penetrantes y deben utilizarse preventivamente o inmediatamente después de las infecciones. El número de tratamientos dependerá del riesgo estimado de presencia de la enfermedad. El momento de máxima sensibilidad va desde prefloración (estados C/D) al cuajado del fruto (estado H). Si se dan condiciones de lluvias o humedades altas persistentes, se deberán repetir los tratamientos cada 15-20 días. En años de ataques graves, se recomienda hacer un tratamiento otoñal al 75% de caída de hoja.
Bibliografía:
Compendium of Nut Crop Diseases in Temperate Zones. Teviotdale, B.L., Michailides, T.J., Pscheidt, J.W. APS Press, St. Paul, MN. Enfermedades de los frutales de pepita y hueso. 2000. E. Montesinos, P. Melgarejo, M. A. Cambra, J. Pinochet. Monografía nº 3 de la Sociedad Española de Fitopatología (SEF). Ed.Mundi-Prensa. Manual de enfermedades de las plantas. Smith, I.M., Dunez I., Lelliot, R.A., Phillips, D.H., Archer, S.A. Mundi-Prensa, Madrid.