Es un coleóptero perteneciente a la familia Scolytidae. Hace décadas estaba considerada una plaga importante. Pero hoy en día gracias a una buena gestión con las leñas de poda, se ha reducido su presencia a zonas marginales o puntos donde se abandona descuidadamente dicha leña.
No obstante necesita solamente días para dispersarse, causar infecciones en otras hojas y extender la enfermedad en la parcela en los periodos húmedos del otoño-invierno y en primaveras lluviosas y frescas, periodos clave que deben ser considerados para prevenir el desarrollo de la enfermedad. (Tomado de Bejarano et al., 2011).

Síntomas y daños
Defoliación y la consiguiente pérdida de productividad. Es muy rara la infestación del fruto, y cuando se produce hay una pérdida en la calidad del aceite.



Seguimiento y estimación del riesgo para el cultivo
– Selección de la parcela de muestreo Si el olivar es homogéneo (en cuanto a condiciones ambientales: climatología, suelo), el muestreo que se realice sería válido para una superficie de 300 ha.
– Número de árboles en cada parcela de muestreo 20 árboles homogéneos.
– Número unidades de muestreo secundarias 20 hojas seleccionadas en todas las direcciones.
– Trampas que deban utilizarse: descripción, número y modo de uso No se utilizan trampas.
– Definición de las variables que se miden Se anotará el número de hojas con manchas de repilo visible y/o repilo latente, y la variable es “Porcentaje de Fotografía: Manuel Ruiz Torres hojas con síntomas = (Nº de hojas con síntomas / Nº de hojas observadas) por 100” Repilo latente es el momento en que el hongo ha invadido la hoja, pero todavía no ha dado lugar a los síntomas visibles. Para detectarlo hay que sumergir las hojas en una solución de sosa caústica al 5% durante 20 minutos. Si existe repilo latente aparecerán unos puntos negros, como hechos con rotulador, en el haz de la hoja.
– Época de muestreo Final de verano, antes de las primeras lluvias. Final del invierno, antes de que se den las condiciones ambientales favorables. En primaveras muy lluviosas, y dado que las hojas nuevas son más sensibles al ataque del hongo, es recomendable hacer otra evaluación del grado de ataque en la segunda mitad de la primavera.


Medidas de prevención y/o culturales
De manera general, es necesario llevar a cabo podas que favorezcan la aireación del interior del árbol, y de este modo, que las hojas mojadas se sequen más rápido.
Además, en aquellas zonas que tengan unas características ambientales propicias para este hongo, es necesario no excederse en el abono nitrogenado.
Igualmente, en nuevas plantaciones en zonas que tengan condiciones ambientales muy favorables para el desarrollo de la enfermedad, pueden utilizarse variedades resistentes al repilo, como Lechín de Sevilla, Manzanilla de Hellín o Picudo de Montoro, y si es posible, disponer las hileras de tal manera que disminuya las horas de sombra en los árboles.
Las descritas en las medidas de prevención.

Umbral/Momento de intervención
Se recomienda hacer un tratamiento químico al llegar al siguiente umbral: cuando hay más de 1 % de hojas con repilo visible y/o latente.
Si en el período de desarrollo del hongo inmediatamente anterior (primavera u otoño anterior) hubo un ataque superior al 1% de hojas con repilo visible, puede hacerse un ataque preventivo si hay condiciones ambientales propias para el hongo.
Medidas alternativas al control químico
Para minimizar el uso de los medios químicos, hay que considerar las medidas de prevención y/o culturales, pudiendo ser alternativas al control químico.
Medios químicos
Se podrán utilizar los productos fitosanitarios autorizados en el Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Que algunas formulaciones, tal y como indica el fabricante, solo pueden utilizarse al final del invierno o en primavera.
Escoger el tipo de materia activa en función del grado de infestación: si es incipiente, formulados que tienen una función preventiva y si está más desarrollada, fungicidas orgánicos con acción traslaminar.
A la hora de seleccionar los medios de control se priorizaran siempre las medidas de prevención y/o culturales, seguidas por el resto de medidas alternativas al control químico y por último los medios químicos.
Fotografías: Jordi Mateu Pozuelo (1), Manuel Ruiz Torres (2 y 5). Pilar Gándara Carretero (3), Francés García Figueres (4) y Manuel Rodríguez Pérez (6 y 7).
Información extraída de “Guía de gestión integrada de plagas Olivar” del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.